Durante el encierro, en medio de la pandemia, conseguimos una gatita llamada Paprika. Al estar todos encerrados, escenas como la que ven eran habituales.
No me quejo, es preferible despertarse con el vómito de tus hijos encima de las sábanas que madrugar para viajar una hora al trabajo. Eso sí que es una pérdida de vida, tiempo y ganas de existir.
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