Recuerdo que la última vez que bebimos vodka con mi esposa fue en casa y estábamos tan animados que, de cóctel en cóctel, terminamos pasándola muy bien, demasiado bien. El problema vino al día siguiente, cuando nos sentimos tan mal que pasamos todo el día acostados sin movernos, comiendo ligero y viendo Breaking Bad hasta las 10 de la noche. Acordamos, sin palabras, no volver a hacerlo jamás. El cuerpo no siempre está dispuesto!!
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